jueves, 21 de noviembre de 2019

(2D) Pericles, general de Atenas: Parte IV y última


EL GOBIERNO DE ATENAS SOBRE LA ALIANZA

Pericles quería estabilizar el dominio de Atenas sobre su alianza y con ello reforzar su preeminencia en Grecia. El proceso a través del cual la Liga de Delos se transformó en el Imperio ateniense generalmente se considera que comenzó bastante antes del tiempo de Pericles, dado que varios aliados en la liga eligieron pagar tributo a Atenas en lugar de aportar hombres para las naves de la flota. Sin embargo, esta transformación se aceleró y llegó a su conclusión mediante una serie de medidas puestas en práctica por Pericles. Los pasos finales en esa traslación hacia el imperio pudieron haber sido disparadas por la derrota ateniense en Egipto, que amenazó el dominio de la ciudad en el Egeo y llevó a la revuelta de varios aliados, como Mileto o Eritrea. Ya sea por verdadero temor por su seguridad tras la derrota en Egipto y por las revueltas, o como pretexto para ganar el control de la economía de la Liga, Atenas transfirió el tesoro de la Alianza de Delos a Atenas en los años 454 y 453 a. C. Para los años 450-449 a. C. las revueltas en Mileto y Eritrea habían sido controladas y Atenas había restaurado su control sobre los aliados. Alrededor de 447 a. C. Clearco propuso el Decreto de Moneda, que imponía el peso y medida de la moneda de plata ateniense a todos sus aliados. De acuerdo con una de las previsiones más drásticas del decreto, todos los excedentes de la operación de acuñación debía ir a un fondo especial, y todo aquel que propusiese utilizarlo de otro modo podía ser condenado a pena de muerte.




Acordaos, también, de que si vuestro país tiene el nombre más grande de todo el mundo, es porque nunca se ha doblegado frente a un desastre; porque ha gastado más vida y esfuerzo en la guerra que cualquier otra ciudad, y ha ganado para sí misma un poder mayor que cualquier otro conocido, memoria de lo cual descenderá hasta la posteridad.
Tercer discurso de Pericles tal y como la recogió Tucídides (II, 64).

Fue del tesoro de la alianza de donde Pericles sustrajo los fondos necesarios para llevar a cabo su ambicioso plan de construcción, centrado en la Acrópolis de Pericles, que incluía los Propileos, el Partenón y la estatua de oro de Atenea Promacos, esculpida por Fidias, amigo de Pericles. En el año 449 a. C. Pericles propuso un decreto que permitía el uso de 9000 talentos para financiar la reconstrucción masiva de los templos atenienses. Angelos Vlachos, un académico griego, apunta que la utilización del tesoro de la alianza, iniciada y ejecutada por Pericles, es una de las más grandes apropiaciones indebidas de la historia. Esta apropiación financió, sin embargo, algunas de las más maravillosas creaciones artísticas del mundo antiguo.




LA GUERRA CONTRA SAMOS

La Guerra contra Samos fue el último evento militar significativo antes de la Guerra del Peloponeso. Después del ostracismo de Tucídides, Pericles se encontró en una situación en la que era reelegido anualmente para el puesto de strategos (general), único cargo que llegó a ocupar oficialmente. Sin embargo, su influencia política era tal que le convertía en el gobernante de hecho del Estado. En el año 440 a. C. la isla de Samos se encontraba en guerra con Mileto por el control de Priene, una antigua ciudad de Jonia en el pie de las colinas de Mícala. Mileto estaba perdiendo la guerra, y acudió a Atenas para que les ayudasen en su conflicto con Samos. Cuando Atenas ordenó a ambas partes detener las hostilidades y someter el caso al arbitraje de Atenas, Samos se negó. En respuesta, Pericles hizo promulgar un decreto enviando una expedición a Samos, «alegando ante su gente que, si bien había sido conminados a detener su guerra contra Mileto, no estaban cumpliendo». En una batalla naval la flota ateniense dirigida por Pericles y otros nueve generales derrotó a las fuerzas de Samos e impuso en la isla una administración de su agrado. Cuando Samos se levantó contra el gobierno ateniense, Pericles obligó a los rebeldes a rendirse tras un duro asedio de ocho meses que acabó provocando un descontento bastante importante de los marinos atenienses. Pericles entonces terminó con una revuelta en Bizancio y, cuando volvió a Atenas, pronunció un discurso fúnebre en honor a los soldados que habían muerto en la expedición.




BATALLA FINAL CON LOS CONSERVADORES
En el año 444 a. C. la facción democrática y la conservadora se enfrentaron en una nueva y feroz lucha. El nuevo y ambicioso líder conservador, Tucídides (no hay que confundirlo con el historiador del mismo nombre), acusó a Pericles de derrochar el dinero público, criticando la forma en que Pericles utilizaba el dinero en el plan de construcción que se estaba llevando a cabo. Tucídides consiguió en un principio poner a la Ekklesía de su parte, pero cuando Pericles tomó la palabra eclipsó completamente a los conservadores. Pericles respondió proponiendo, si era necesario, reembolsar a la ciudad todos los gastos con su propiedad privada, bajo la condición de que haría las inscripciones y dedicatorias a su propio nombre. Su propuesta fue acogida con un gran aplauso y Tucídides se encontró con una derrota inesperada. En el año 442 a. C., los atenienses condenaron a Tucídides al ostracismo durante 10 años, y Pericles volvió a convertirse en el líder político sin rival de Atenas.




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Fin de la Cuarta y Última Parte (3D)

Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf

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