jueves, 21 de noviembre de 2019

(8B) Alejandro el Magno: Parte II


Parte Segunda (8B): MAR MEDITERRÁNEO

BATALLA DE ISSOS

Alejandro se dirigió desde Gordion hacia la región de Cilicia, y emprendió su marcha hacia el sur, donde es avisado que desde Siria los persas, al mando del rey Darío, destruyeron un campamento macedonio, aniquilando sus guarniciones (que eran casi todos soldados heridos en batalla), por lo que tuvo que retomar el camino norte, donde los persas le hicieron frente del otro lado del río Issos, con un ejército superior a los 500.000 hombres, cuando los aliados griegos no superaban los 50.000 hombres. Aun así, prevaleció la estrategia por sobre el número. Los persas perdieron casi la mitad de sus tropas, y tal es como describen las narraciones de esta batalla, una verdadera masacre.

Segunda victoria de Alejandro sobre los persas. Según fuentes modernas, esta vez el rey Darío reunió 600 000 soldados, mientras que los macedonios sumarían 50 000. A pesar de la gran diferencia, la estrategia de Magno prevaleció por sobre la desventaja numérica. Las bajas persas fueron significativas, pero no así las macedonias. Darío huyó, abandonando también la tienda familiar, donde estaban su esposa, su madre, y sus dos hijas.
Esta es conocida como la batalla de Isos —pequeña llanura situada entre las montañas y el mar cerca de Siria— en el 333 a. C., en la cual, el rey Darío, ante tal debacle, huyó amparado en la oscuridad de la noche dejando en el campo de batalla, abandonando sus tesoros, armas y su manto púrpura.

CAPTURA DE LA FAMILIA REAL Y BODA CON BARSINE

La familia entera de Darío III fue capturada en el interior de una lujosa tienda, haciendo prisioneras a su madre Sisigambis, su esposa Estatira, y sus dos hijas, Dripetis y Barsine Alejandro trató a todas con gran cortesía y les manifestó que no tenía ninguna cuestión personal contra Darío, sino que luchaba contra él para conquistar Asia. Les brindó trato real, y abundó en dotes para sus hijas. Al tiempo le propondría matrimonio a una de sus hijas, Barsine, pidiendo antes la mano a su madre. Mientras que su amigo personal y comandante Hefestión, se casó con Dripetis. Se realizó una boda en conjunto. El propósito (además de político) era eliminar diferencias entre vencedores y vencidos, mostrarse ante los persas como un referente, y lograr la mezcla de etnias, siendo él mismo parte de la propuesta. El rey Darío tomó conciencia de la amenaza y envió propuestas de negociación, que fueron todas rechazadas. Por lo que puede apreciarse en lo escrito por Calístenes, las respuestas de Alejandro eran irónica. 



SITIO DE TIRO. SITIO DE GAZA. FENICIA. JUDEA

Luego de Issos, y asegurarse que no había amenazas por tierra y por mar, retomó el rumbo sur, conquistando fácilmente Fenicia, siendo bien recibido en Judea (considerado un libertador, puesto que los liberó de los persas). De su paso por este reino, existen versiones que coinciden en su buen recibimiento, pero que difieren en el diálogo que hubo. La excepción del buen trato fue la isla de Tiro, donde quiso de manera pacífica honrar a los dioses en sus templos, enviando emisarios diplomáticos. Estos fueron asesinados a traición, por lo que decidió asediar esta ciudad hasta destruirla. Con una duración de enero a agosto (332 a. C.)este asedio es conocido como el sitio de Tiro, una isla fortificada, en la que tuvo que construir muelles y vado sobre el mar, emplear torres de asedio y catapultas más modernas, como el euthytonón.
El euthytonón era un símil a grandes ballestas lanza-cohetes, con carril de direccionamiento del proyectil. La traducción del griego al español es "adiós". Esta arma fue definitivamente la que derribó los muros, y una vez destruidos, Tiro fue arrasada. Otro sitio importante fue el de Gaza durante otro arduo enfrentamiento. Una vez conquistada, Alejandro se dirigió a Egipto.

EGIPTO

Aparentemente Calístenes es de los pocos que se detienen en cómo fue el ingreso a Egipto. Este reino estaba controlado por los persas desde el año 343 a. C.. El escrito menciona que primero hubo una exhortación de Alejandro a la pequeña guarnición persa que controlaba el reino de Egipto, «¡Abrid si no queréis desencadenar la furia de Ares!»
Alejandro fue bien recibido por los egipcios, quienes le apoyaron en su lucha contra los persas, cuyos reyes habían dominado Egipto en dos ocasiones: de 523 a 404 a. C. (Dinastía XXVII) y de 343 a 332 a. C. (Dinastía XXXI), hasta la entrada del macedonio.
Recibido como salvador y libertador, e hijo de Amón (por la creencia de que su padre biológico fue el rey egipcio Nectanebo, representante de esta deidad), por decisión popular se concedió a Alejandro la corona de los dos reinos, siendo nombrado faraón en noviembre de 332 a. C. en Menfis.



FUNDACIÓN DE ALEJANDRÍA

En enero del 331 a. C. Alejandro fundó la ciudad de Alejandría en una zona costera muy fértil al oeste del delta del Nilo. Los motivos de la fundación eran tanto económicos (la apertura de una ruta comercial en el mar Egeo) como culturales (la creación de una ciudad al estilo griego en Egipto, cuya planificación se dejó en manos del arquitecto Dinócrates). La escritora inglesa Mary Renault, en su biografía de Alejandro, comenta:

De Menfis bajó por el río hasta la costa, donde tenía que tratar unos asuntos referentes a sus conquistas en Asia Menor. Navegó por el Delta y varó en las proximidades del lago Mareotis. Le pareció un sitio ideal para establecer una ciudad: buen fondeadero, buenas tierras, buen aire, buen acceso al Nilo. Estaba tan decidido a emprender las obras que deambuló por el emplazamiento, arrastrando tras de sí a arquitectos e ingenieros y señalando las situaciones de la plaza del mercado, de los templos de los dioses griegos y egipcios, de la vía real. Un hombre listo se percató de que Alejandro no tenía tiza para marcar y le ofreció harina, que el macedonio aceptó. Los pájaros se alimentaron de ella, por lo cual los adivinos previeron que la ciudad prosperaría y daría de comer a muchos forasteros, predicción que Alejandría sigue cumpliendo.
Renault (2013, p. 77)

TRAVESÍA AL ORÁCULO DE SIWA

Posteriormente, tras un dificultoso viaje por el desierto, llegó al oasis de Siwa, situado en pleno Sahara. Este oráculo correspondía al dios Amón. El profeta, queriendo saludarle en idioma griego le dijo «hijo mío», equivocándose en una letra; y que a Alejandro le agradó este error, por dar motivo a que pareciera le había llamado hijo de Zeus. Le anunció que le saludaba tanto de parte del dios como de su padre. Alejandro preguntó si había quedado sin castigo alguno de los asesinos de Filipo, y si se le concedería dominar a todos los hombres. Habiéndole dado el dios favorable respuesta y asegurándole que Filipo estaba vengado, Alejandro le hizo magníficas ofrendas, y entregó ricos presentes a los hombres allí destinados. También se dice que Alejandro, en una carta enviada a su madre, le comunicó haberle sido hechos ciertos vaticinios arcanos, que sólo a ella revelaría.



La cultura del antiguo Egipto impresionó a Alejandro desde los primeros días de su estancia en este país. Los egipcios nos han dejado testimonio, grabado en piedra, de estos hechos y apetencias. En Karnak existe un bajorrelieve donde se representa a Alejandro haciendo ofrendas al dios Amón en calidad de converso. En él, viste la indumentaria de faraón:

•    Nemes (el paño que cubre la cabeza y va por detrás de las orejas, clásico del antiguo Egipto), o la Corona Doble, roja y blanca.
•    Cola litúrgica de chacal, que con el tiempo se transformó en «cola de toro».
•    Ofrenda en cuatro vasos, como símbolo que indica «cantidad», «repetición», «abundancia» y «multiplicación».
En los jeroglíficos del muro se distinguen además los títulos de Alejandro-faraón que se representan dentro de un serej.

PERSIA

331 a. C. Magno toma Persia y todas sus satrapías.
Al cabo de un año de estadía en Egipto, y controlando la situación de rebeldía en Anatoliay el Egeo,[50] en la primavera del 331 a. C., desde Tiro y Egipto, organizó los territorios conquistados y su ejército, para iniciar la marcha hacia la conquista de Persia

BATALLA DE GAUGAMELA

El rey persa Darío, con un ejército más numeroso, decidió hacerle frente en Gaugamelaa orillas del Tigris. Esta batalla hoy en día sigue siendo analizada por expertos militares, intentando explicarse como un ejército tan inferior en número derrota a uno por lo menos cinco veces mas grande. La estrategia usada por el macedonio fue una tenaza, donde el yunque era la infantería, y el martillo la caballería (los hetairoi. sus compañeros), Darío apenas logró salvar su vida, y huyó -nuevamente- apabullado por el genio militar del macedonio.

OCUPACIÓN DE BABILONIA

Esta derrota del ejército persa fue significativa en bajas, y representó prácticamente la caída del imperio aqueménida. Así Alejandro con su ejército logró entrar en Babilonia quedando a las puertas del propio territorio persa.
En el año 331 a. C., el ejército macedonio invadió Persia entrando fácilmente a Susa, la vieja capital de Darío I, mientras que el derrotado Darío III huía hacia el interior del territorio persa en busca de fuerzas leales para enfrentar nuevamente a Alejandro.
Alejandro procedió cuidadosamente ocupando las ciudades, apoderándose de los caudales persas y asegurando las líneas de abastecimiento. Desde Susa pasó a Persépolis, capital ceremonial del Imperio aqueménida, donde quemó el palacio de la ciudad durante una fiesta, aunque otras fuentes señalan que esto no fue así.
--------------------------------------

Fin de la Segunda Parte (8B)

Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo más visto