martes, 17 de diciembre de 2019

(26) El Rey Salomón

Salomón, tercer monarca del reino unido de Israel

Salomón, (hebreo שְׁלֹמֹה, Shlomoh) también llamado Jedidías (hebreo: יְדִידְיָהּ Yedidyah), fue según la Biblia el tercer y último monarca del reino unido de Israel (es decir, antes de la separación del territorio israelita en los reinos de Judá e Israel). Hijo del rey David, gobernó sobre un extenso territorio durante casi cuatro décadas, posiblemente entre los años 965 y 928 a. C.

Reinado: c. 965-928 a. C.
Nacimiento: c. 988 a. C., Jerusalén
Fallecimiento: c. 928 a. C. (60 años), Jerusalén
Predecesor: David
Sucesor: Jeroboam en Israel, Roboam en Judá
Padre: David
Madre: Betsabé
Consorte: Naamah
Regente: Naamah
Descendencia: Roboam

Durante el reinado de Salomón se construyó el primer Templo de Jerusalén y a él se le atribuye la autoría de los textos bíblicos titulados Libro de Eclesiastés, Libro de los Proverbios y Cantar de los Cantares.

En los textos mencionados se dice del rey Salomón que:
"Heredó un considerable imperio conquistado por su padre el rey David, que se extendía desde el Valle Torrencial en la frontera con Egipto, hasta el río Éufrates, en Mesopotamia.
Tenía una gran riqueza y sabiduría.
Administró su reino a través de un sistema de 12 distritos.
Poseyó un gran harén, el cual incluía a «la hija del faraón».
Honró a otros dioses en su vejez. 
Consagró su reinado a grandes proyectos de construcción."

En el Corán, Salomón es considerado uno de los más importantes profetas. Los musulmanes se refieren generalmente a él con la variante árabe, Sulayman.
Salomón en la Biblia

Salomón fue el segundo de los hijos que tuvieron el rey David y Betsabé. En la Biblia, el profeta Natán informa a David de que Dios ha ordenado la muerte a su primer hijo como castigo por el pecado del rey, quien había enviado a la muerte a Urías, marido de Betsabé, para casarse con su esposa (2Samuel 12:14: «Has hecho blasfemar a los enemigos de Dios» (literalmente: ‘has despreciado los preceptos de Dios’). Tras una semana de oración y ayuno, David supo la noticia de la muerte de su hijo y se casó con Betsabé quien quedó embarazada, esta vez de Salomón.

La historia de Salomón se narra en el Primer Libro de los Reyes, 1-11, y en el Segundo Libro de las Crónicas, 1-9. Sucedió a su padre, David, en el trono de Israel hacia el año 970 a. C.. Su padre lo eligió como sucesor a instancias de Betsabé y Natán, aunque tenía hijos de más edad habidos con otras mujeres. Fue elevado al trono antes de la muerte de su padre, ya que su medio hermano Adonías se había proclamado rey.

Adonías fue más tarde ejecutado por orden de Salomón, y el sacerdote Abiatar, partidario suyo, fue depuesto de su cargo, en el que fue sustituido por Sadoc. También fue asesinado el general Joab sin respetar el derecho de asilo del templo. Del relato bíblico parece deducirse que a la ascensión de Salomón al poder tuvo lugar una purga en los cuadros dirigentes del reino, que fueron reemplazados por personas leales al nuevo rey.

Emprendió numerosas obras arquitectónicas, entre las que destaca por encima de todas la construcción del Templo de Jerusalén como lugar para la permanencia del arca de la Alianza, aunque destaca también la erección de un fabuloso palacio, la construcción de un terraplén que unía el templo con la ciudad de Jerusalén.

En sus construcciones participó un gran número de técnicos extranjeros, como albañiles y broncistas de Tiro o carpinteros de Gebal. Entre todos ellos destaca el arquitecto Hiram, y se importaron lujosos materiales también procedentes de Fenicia.

Durante el transcurso de su reinado la monarquía hebrea tuvo su momento de mayor prosperidad y el esplendor de su nación llamó la atención de la reina de Saba. Se hablaba también del llamado Juicio de Salomón.

No obstante, para consolidar el poder político de Israel en la región, contrajo matrimonio con una de las hijas del faraón del Antiguo Egipto Siamón. Salomón se fue rodeando de todos los lujos y fue adquiriendo la grandeza externa de un monarca oriental. Esto hizo, sin embargo, que en la segunda mitad de su reinado cayera en la idolatría, inducido por sus numerosas esposas extranjeras. De acuerdo con Reyes 11:3, «tuvo -contrariando la Ley- setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, y esas mujeres le desviaron el corazón»
El territorio continuó unido hasta la muerte de Salomón en 928 a.C. 
La seguridad interna y el control de las vías de comunicación habían facilitado una amplia expansión del comercio hebreo. Se dice en la Biblia que sus naves llegaron hasta Ofir, en algún lugar del Mar Rojo, donde cargaron 14.300 kg de oro. Tanto el rey como el pueblo se dedicaron a comerciar; fueron atrapados por el ansia de riquezas y cayeron en el materialismo. Aquí se dio el punto de inflexión hacia un modo de vida que posteriormente sería causa de reproches por parte de los profetas:

“andan descarriados, todos se han pervertido. No hay quien practique el bien, no hay ni uno” En vez de administrar justicia, los propios hebreos… “oprimían a los pobres” “acechaban… a las personas. Sus casas estaban llenas de fraudes; con esos fraudes se han engrandecido y se han hecho ricos…”

En las transacciones, el rey demostraba que ya no era justo. Reavivó el tema de la esclavitud en los infieles. Permitió sacerdotes que en muchos casos eran indignos. Se cubrió de elementos de guerra (carros y caballos).

Aquél pecado de Salomón (priorizar la obtención de riquezas por sobre la Ley de Dios) fue la causa de que a su muerte se dividiera el reino de Israel. [La división de Israel era inexorable, pero ocurriría en la generación de su hijo]. 

Pero aunque cometió este pecado (caer en la vanidad, la soberbia...), se arrepintió y luego escribió el Libro de Eclesiastés para aconsejar a otros a que no siguieran su ejemplo. Allí menciona «vanidad de vanidades, todo es vanidad» y esto se refiere a su vida inicua. Salomón escribe este libro como un testimonio y ejemplo de que las cosas de este mundo no son duraderas.

Le sucedió su hijo Roboam, cuya madre era Naamá, amonita. Pero pronto, la parte norte aparecería como 'rebelde' (10 de las doce tribus de Israel, todas excepto Judá y Benjamín). Así quedaría dividido el reino.
Causas de la división del reino

Durante la primera mitad de su reinado, se regían bajo la Ley de Yahvé (y el pueblo entero lo obedecía). Pero en la segunda mitad de su reinado sus esposas extranjeras le “desviaron el corazón”.

Al poco tiempo abandonó la "rectitud" y "justicia" que lo había caracterizado y todo el reino fue copiando la forma de vida de las naciones vecinas (priorizando las ganancias materiales, es decir, el materialismo).
Las construcciones emprendidas por el rey y el boato de su corte exigían enormes contribuciones en dinero y mano de obra, que la parte más próspera del pueblo -también ya imbuido de codicia- no quería aportar. Los privilegios concedidos a Judá hicieron crecer el descontento entre las diez tribus del Norte (las más acaudaladas), donde Jeroboam hizo eco de este descontento y se puso al frente del levantamiento que llevaría más tarde a la separación de los reinos de Israel y de Judá.

Datación

Francis Wilford intentó fechar el nacimiento y fallecimiento de Salomón, pero estuvo equivocado en su datación.


Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf
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